Programa 107 – Fiesta de San Pedro: cuando el mar florece en las caletas pesqueras

(Emitido el 26 de Junio de 2011)

Fuente: Quinteroweb.cl

Vuelve a escuchar el programa aquí

El señor les ha admitido
Que encuentren bien su saber
Para poder merecer
Les dejó cinco sentidos
En este mundo ha escribido
Y que comprenda el que quiera
Que recorra la alta esfera
Y que observe en el momento
Lo que sucede en los templos
Están diciendo de afuera

Este verso de Miguel Peralta Matta, poeta de Chacay, zona de melipilla, nos introduce en el tema de hoy que hemos denominado como FIESTA DE SAN PEDRO: CUANDO EL MAR FLORECE EN LAS CALETAS PESQUERAS. Chile contiene a la naturaleza en su plenitud. Glaciares milenarios, tierras saladas que alumbran como la nieve asoleada, bosques, lagos y selvas en acuarelas de colores, y volcanes bramando en enfurecidas fumarolas que encienden el cielo. Esta angosta faja de tierra, flanqueada por la cordillera y el mar, cruza el alba con mañanas sudorosas de fríos invernales para conformar el país tricontinental más austral del mundo.

Es la loca geografía chilena, repartida de norte a sur entre las altas cumbres cordilleranas y las profundidades oceánicas, que se instala en el confín del mundo. Las costas chilenas son bañadas por el Océano Pacífico en sus más de 8.000 kilómetros americanos y antárticos. En este espacio geográfico están contenidos diversos paisajes con sus características definidas de clima, relieve, vegetación, fauna, hidrología, suelos, y asentamientos humanos. Al litoral continental, con más de 4.200 km de extensión, se suman otros 4.000 km localizados en territorio antártico.

 

Una costa pareja se extiende desde el límite norte de Chile hasta el Canal de Chacao, en Chiloé, recorriendo una distancia de unos 2.600 kilómetros aproximadamente. Sus formas en gran medida se originan en la acción del mar, expresada en los procesos de regresión y transgresión desarrollados durante miles de años. Su principal característica está dada por la esporádica presencia de accidentes geográficos, y por las elevadas alturas que la franja costera alcanza en el extremo norte del país, debido a un farellón que choca directamente con el océano mediante la formación de acantilados. La relativa continuidad de la línea de costa sólo se ve interrumpida por la aparición de penínsulas y sus correspondientes bahías.

La costa desmembrada extendida entre el Canal de Chacao y el Cabo de Hornos, recorre cerca de 1.600 kilómetros. Su morfología es el resultado de la erosión producida por la acción de los glaciares, una situación que permitió la aparición de copiosos fiordos y canales,  y por la influencia del mar y del viento. La característica más importante de esta parte del litoral chileno proviene desde la acción de los hielos que se proyectaron desde la Cordillera de los Andes hacia el mar, aprovechando la escasa altura que el macizo andino presenta a esa latitud. El avance de los hielos generó la constitución de una innumerable cantidad de islas de diversos tamaños, las que han dado forma a una serie de archipiélagos como los de Chonos y  Guaytecas.

Por efecto de la corriente de Humboldt, proveniente de la Antártica, las aguas marinas suelen ser más frías al sur y centro del país, mientras que al norte aumentan su temperatura producto de los flujos tropicales. En medio del mar y con un origen volcánico que se monta en la antigüedad del planeta, se encuentra el rostro pétreo de isla de Pascua. El archipiélago Juan Fernández guarda también sus propios secretos conectados al fuego umbilical del planeta. La extensa costa chilena acoge a muchas grandes ciudades, como Arica, Iquique, Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Puerto Montt y Punta Arenas. También es el hábitat de una infinidad de pequeños asentamientos humanos entre los que se encuentran las caletas de pescadores que aprovechan la riqueza del mar.

Con una costa tan larga, en Chile hay muchos pescadores, aunque algunos sostengan que el país le ha dado la espalda al mar. Basta con recorrer la línea costera para descubrir un sinnúmero de puertos, muelles y pequeñas caletas de pescadores que llevan generaciones enteras extrayendo pescados y mariscos desde las productivas aguas del estruendoso pacifico. Es que el mar chileno da hambre con la diversidad e intensidad de sus sabores y olores. Se estima que unas 50 mil personas viven directa ó indirectamente de la actividad pesquera artesanal distribuidas en casi 400 caletas a lo largo de los aproximadamente 4.100 km de costa de Chile continental.

El sector pesquero artesanal es una de las áreas económicas que aporta en forma significativa al consumo humano directo, proporcionando además empleo y beneficios a quienes se dedican a esta actividad. Se estima que hay unas 12.000 embarcaciones inscritas legalmente para operar en el mar. La variedad de especies extraídas por la pesquería artesanal es muy diversa. Este sector realiza prácticamente la totalidad de los desembarques de moluscos (como locos, almejas, choros), equinodermos (como el erizo rojo), algas no cultivadas y crustáceos costeros, junto a los congrios, corvinas, merluzas, y jureles.

No basta con describir las maravillas del mar que abrazan a este largo e interminable litoral chileno, ya que tiene que destacarse que la abundancia de recursos ha sido un canto eterno de bienestar para los chilenos. También hay una antigua conciencia de que las tradiciones marinas están sometidas y por lo tanto son respuestas activas ante las corrientes vigorosas, el oleaje intenso y arrebolado, a los caprichos del clima, y a las furias embravecidas de los vientos. La vida en el mar es riesgosa y frágil, pero también amable y cariñosa; desde ella, los chilenos adoptan un imaginario poderoso alimentado por la realidad de las creencias y leyendas.

La religiosidad popular es conocida en Chile. La cantidad de fiestas que se realizan en el país es enorme. Cada localidad del territorio celebra al menos una fiesta al año. Esto se hace evidente no solo en los sectores rurales, sino que también acontece en las grandes urbes. Como el país es de mayoría católica, las diversas fiestas religiosas populares y los bailes son una muestra maravillosa de identidad y de Fe. Desde siempre, los navegantes han tenido santos patronos como protectores para enfrentarse a la furia del mar y a sus peligrosas y duras formas de vida.

Cada 29 de junio los pescadores celebran a San Pedro, su patrono, en todos los puertos y caletas del litoral. La Iglesia Católica celebra al Apóstol, martirizado junto a San Pablo, que fue un pescador y el primer Papa de la historia. Esta ceremonia consiste en adornar las embarcaciones, y pasear la imagen de San Pedro por tierras cercanas y aguas de las bahías. Durante el festejo se reúnen los diferentes pescadores para pedirle a su patrono una buena y abundante pesca, junto a la buena salud y condiciones favorables para el trabajo de mar. Se realizan misas, y una procesión por las caletas. La celebración también es acompañado de bailes chinos y alegorías.

Los botes que llevan la imagen de San Pedro son secundados por otras embarcaciones engalanadas con flores. Su imagen es llevada en una lancha que encabeza a los caminantes de las aguas, acompañada de gentes y embarcaciones mientras que, en las bahías, los barcos hacen sonar sus sirenas saludando al santo y a la procesión finamente engalanada. La fiesta es un reencuentro entre pasado y presente  para cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo. Lo cotidiano se viste de sacralidad  e identidad colectiva en las caletas, en su relación con el mar que les sustenta pero que también puede capturarle la vida. El origen de la fiesta se pierde en el tiempo, alcanzando fácil el siglo 18.
El 29 de junio, los trabajadores del mar salen en una procesión de barcos para celebrar a San Pedro, el santo católico patrono de los pescadores. Incluso las caletas más humildes celebran a su Santo. Como toda celebración en Chile, San Pedro va acompañado con platos y bebidas de cada zona, por lo que abundan los pescados y mariscos preparados de distintas formas. La celebración comienza en la tierra, donde se realiza una misa. Desde ahí parte una procesión con la figura de don Pedro, como lo llaman con cariño, instalada en una embarcación especialmente decorada con flores de vivos colores. Prácticamente todas las ciudades en la costa de Chile celebran su propia versión de San Pedro, agregando elementos de la zona.

Quintero y Loncura, por ejemplo, son caletas de encuentro para los devotos y sus manifestaciones desde hace más de cien años. La fiesta de San Pedro cambia su rutina habitual. Los bailes solicitan permiso al Santo, además de su bendición e intervención con el Supremo para obtener milagros; los pescadores agradecen con música, cantos, procesiones, y comidas. Al día siguiente, los más devotos realizan su propia procesión abriéndose camino hacia las profundidades del mar. A doce metros de profundidad el Cristo sumergido recibe con los brazos abiertos a sus fieles que llegan hasta allí con sus peticiones, lamentos y adoraciones. Lejos del ruido y en la más profunda calma del agua los pescadores honran al Santísimo, y luego agradecen y se despiden hasta el año siguiente de San Pedro, su patrono.

En el puerto de Valparaíso los actos alcanzan un gran realce y colorido. La imagen del Santo es embarcada en una lancha de la Armada Nacional y llevada en marítima procesión por los cientos de pequeñas embarcaciones engalanadas sobre el viento. La imagen es desembarcada y llevada en andas hasta la iglesia del cerro Artillería, acompañada por miles de fieles, bailes “chinos” y pescadores de otras caletas. Lo mismo ocurre en Los Vilos, donde hay claras muestras que la tradición no se pierde y que la celebración al santo patrono  seguirá por muchos años, activándose en masivas celebraciones. Sus ritos y ceremonias conectan lo humano y lo divino conjugando una fiesta plena de religiosidad y fervor la que busca una buena vida para los chilenos que acercan el mar a la tierra.

 

Cargado de mis honores

San Pedro, he venido a verte

Y en prueba de mis amores

Te cantaré hasta tu muerte

 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Deja un comentario

Información de Contacto


Dirección: Miguel Claro 509, Providencia - Santiago de Chile
Teléfonos(Mesa Central): +56 (02) 29771570
E-mail: radioantumapu@gmail.com

Noticias Anteriores

Video destacado

Entrevista a los Antumapitos en la previa de su concierto del 11 de octubre